Descripción
Los compuestos amargos favorecen la función del hígado y la vesícula biliar y ayudan a mantener niveles saludables de colesterol y lípidos en la sangre. Ayudan a aumentar el colesterol «bueno» (HDL) del organismo y a reducir el colesterol «malo» (LDL). Limpian
los intestinos, establecen un nivel de pH saludable en el estómago y los intestinos y aceleran la digestión al promover el movimiento
de los músculos intestinales. Facilitan la digestión de los alimentos, lo que es especialmente útil en casos de intolerancias alimentarias. Además, las plantas amargas como la genciana, el cálamo o la centaura complementan las sustancias amargas que faltan en nuestra dieta.